Los castros son núcleos de población de carácter eminentemente estratégico y defensivo. Surgieron en Los Oscos, y concretamente en el municipio de San Martín de Oscos, en la transición de la Edad de Bronce a la Edad de Hierro, llegando a alcanzar su máximo apogeo durante la Segunda Edad de Hierro, generalizándose como poblados con la llegada de los invasores indoeuropeos.
Los lugares elegidos para erigir los castros eran los promontorios situados a media ladera o en la cumbre, y próximos a los ríos y arroyos, para asegurar así el abastecimiento de agua y la posibilidad de construir fosos como sistema defensivo.
De los hallados en San Martín cabe citar los siguientes:
- El castro San Isidro y el castro Pico da Mina
Ubicados ambos en la aldea de Bousoño, su característica principal es el empleo, como sistema defensivo, único en el Principado de Asturias en este tipo de poblados, de lajas de piedra clavadas o hincadas, e intercaladas en hileras entre los fosos, conocidas técnicamente con el nombre de Caballos de Frisia. Así mismo, disponen también de otros elementos defensivos peculiares, como los fosos y las murallas.
- El castro de San Pelayo y el castro de Piorno
Se trata de castros sin ningún tipo de sistema defensivo ni de habitación, que seguramente eran utilizados como puntos estratégicos de visualización de las explotaciones mineras próximas.
- El castro de Deilán
El castro de Deilán, a diferencia del resto de castros hallados en el territorio, carece de elementos defensivos tales como fosos y murallas, empleando aterrazamientos como sistema de estructura del recinto.